sábado, 1 de agosto de 2020

QUÉ PUTO MIEDO SER PUTO - AZUL PICCONE

 QUÉ PUTO MIEDO SER PUTO 

 
Título original: “Qué puto miedo ser puto”

País: México

Año: 2020

Dirección, guión, arte y voz en off: Azul Piccone

Edición y animación: Alfredo Cordero (Rey Calavera)

Producción: Azul Piccone

Género: animación gay, homofobia

Duración: 4,44 min.

Música original: “Rain Drops” del album "Memoirs of a Sleepless Night” de Macarena Palazuelos

Sinopsis: collage de recuerdos y sentimientos, relatados en primera persona, en  ensamble animado y multicolor, de quien creció acosade por el miedo a lo distinto, fue acotade por los corsets sociales del género y se vio atenazade por la culpa arraigada en el dogma impiadoso de un Dios cruel.

Pese a ello, con habilidad de superviviente, logrará atravesar tales espacios inseguros, marcadores de por vida, dentro de la propia familia, la escuela y cualquier otra inserción social, (re)construyéndose a sí misme.

En este devenir, sus colores personales irán impregnando las palabras a medida que desarrolla su vida. Hallará un espacio seguro en sí misme y conocerá el amor que le complemente, al punto de poder decir a los cuatro vientos:

“Usé ese puto miedo para no ser tu puto chiste, y cuando tú me gritas puto, que sepas que sólo me haces más putamente fuerte”.

La misión explícita de esta animación es que ningún niñe, adolescente o joven deba vivir experiencias negativas que le roben "su lugar seguro" en el mundo, mientras se desarrolla y evoluciona como persona con libre albedrío.

Animación presentada por primera vez en “Tomarte Micrófono Abierto en 2019”.

Enlace de la animación en YOUTUBE:


ALGUNAS DE LAS FRASES QUE COMPONEN EL RELATO
Domingo a casa de los tíos, al patio con mis primos, ella saca sus colores nuevos, él juega con piedras, prefiero un panorama colorido a las grises rocas. ¡Maricón!, son colores, es un dibujo.


Crecí escuchando a mi madre cantar: “árbol que nace doblao jamás su tronco endereza”, mientras mi hermana me señalaba, a lo lejos.



Vete a jugar con los niños, no te sientes así, no uses ese color, ese pantalón está muy ajustado, córtate el pelo, camina como hombre, los hombres no lloran.



En la escuela, poco a poco, mis amigos empezaron a hacer grupos donde las niñas no eran bienvenidas; generalmente, me encontrabas en alguna de las esquinas del terreno de juego acompañado de un libro; empezaron las agresiones, el acoso. ¡Defiéndete!, no seas maricón, así son los niños. ¡Aguántate!, no llores marica.



La adolescencia, los amigos, las chicas, mis primeros compromisos sociales, todos musicalizados por la misma canción de moda: “mararile al maricón y “si no brincas eres puto”. “Puto, puto, puto”,  y éste es un saludo a Molotov quien se hizo famoso con un discurso de odio, quien me hizo bailar para pasar desapercibido, mientras la historia me aterraba y las calles se seguían manchando de sangre.


Qué puto miedo ser puto si en mi casa me podían matar, no sé si el cuerpo pero el alma, atravesada contra un tronco como a San Sebastián.

Qué puto miedo ser puto cuando todos los chistes e historias eran tristes y deplorables, una vergüenza.


Qué puto miedo ser puto, sabiendo que Dios me despreciaba, sabiendo que me iba a castigar, sabiendo que era una abominación. Señor, por favor, no me dejes ser así. ¡Mátame!

Hasta que un día, por fin dentro de mí, murió la esperanza en ese cuento absurdo de que alguien habría de salvarme de lo mismo que me había condenado.


Mamá, papá: soy gay; es que necesitas ayuda, si te da Sida te mato a patadas. A partir de ese día empecé a tomar ese puto miedo para forjarme una armadura hermosa y brillante, hasta que un día encontraría la verdad, un lugar seguro y el mejor amor.


Usé ese puto miedo para no ser tu puto chiste, y cuando tú me gritas puto, que sepas que sólo me haces más putamente fuerte.