QUÉ PUTO MIEDO SER PUTO
Título original: “Qué puto miedo ser puto”
País: México
Año:
2020
Dirección, guión, arte y voz en
off: Azul
Piccone
Edición y animación: Alfredo Cordero (Rey Calavera)
Producción: Azul Piccone
Género: animación gay, homofobia
Duración: 4,44 min.
Música
original: “Rain Drops” del album "Memoirs of a Sleepless Night” de
Macarena Palazuelos
Sinopsis: collage de recuerdos y
sentimientos, relatados en primera persona, en ensamble animado y multicolor, de quien creció
acosade por el miedo a lo distinto, fue acotade por los corsets sociales del género
y se vio atenazade por la culpa arraigada en el dogma impiadoso de un Dios cruel.
Pese a ello, con habilidad de
superviviente, logrará atravesar tales espacios inseguros, marcadores de por
vida, dentro de la propia familia, la escuela y cualquier otra inserción social,
(re)construyéndose a sí misme.
En este devenir, sus colores
personales irán impregnando las palabras a medida que desarrolla su vida.
Hallará un espacio seguro en sí misme y conocerá el amor que le complemente, al
punto de poder decir a los cuatro vientos:
“Usé
ese puto miedo para no ser tu puto chiste, y cuando tú me gritas puto, que
sepas que sólo me haces más putamente fuerte”.
La misión explícita de esta
animación es que ningún niñe, adolescente o joven deba vivir experiencias
negativas que le roben "su lugar
seguro" en el mundo, mientras se desarrolla y evoluciona como persona
con libre albedrío.
Animación presentada por
primera vez en “Tomarte Micrófono
Abierto en 2019”.
Enlace de la animación en YOUTUBE:
ALGUNAS DE LAS FRASES QUE COMPONEN EL RELATO
Domingo a casa de los tíos,
al patio con mis primos, ella saca sus colores nuevos, él juega con piedras,
prefiero un panorama colorido a las grises rocas. ¡Maricón!, son colores, es un
dibujo.
Crecí escuchando a mi madre cantar: “árbol que nace doblao jamás su tronco endereza”, mientras mi hermana
me señalaba, a lo lejos.
Vete a jugar con los niños,
no te sientes así, no uses ese color, ese pantalón está muy ajustado, córtate
el pelo, camina como hombre, los hombres no lloran.
En la escuela, poco a poco, mis
amigos empezaron a hacer grupos donde las niñas no eran bienvenidas;
generalmente, me encontrabas en alguna de las esquinas del terreno de juego
acompañado de un libro; empezaron las agresiones, el acoso. ¡Defiéndete!, no
seas maricón, así son los niños. ¡Aguántate!, no llores marica.
La adolescencia, los amigos,
las chicas, mis primeros compromisos sociales, todos musicalizados por la misma
canción de moda: “mararile al maricón y
“si no brincas eres puto”. “Puto,
puto, puto”, y éste es un saludo a
Molotov quien se hizo famoso con un discurso de odio, quien me hizo bailar para
pasar desapercibido, mientras la historia me aterraba y las calles se seguían
manchando de sangre.
Qué puto miedo ser puto si en
mi casa me podían matar, no sé si el cuerpo pero el alma, atravesada contra un
tronco como a San Sebastián.
Qué puto miedo ser puto
cuando todos los chistes e historias eran tristes y deplorables, una vergüenza.
Qué puto miedo ser puto,
sabiendo que Dios me despreciaba, sabiendo que me iba a castigar, sabiendo que
era una abominación. Señor, por favor, no me dejes ser así. ¡Mátame!
Hasta que un día, por fin
dentro de mí, murió la esperanza en ese cuento absurdo de que alguien habría de
salvarme de lo mismo que me había condenado.
Mamá, papá: soy gay; es que
necesitas ayuda, si te da Sida te mato a patadas. A partir de ese día empecé a
tomar ese puto miedo para forjarme una armadura hermosa y brillante, hasta que
un día encontraría la verdad, un lugar seguro y el mejor amor.
Usé ese puto miedo para no
ser tu puto chiste, y cuando tú me gritas puto, que sepas que sólo me haces más
putamente fuerte.
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